¿Qué debemos saber de las tarimas macizas acabadas en fábrica?

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Los fabricantes de tarimas tradicionales hace años que se "pusieron las pilas" con intención de hacer frente a un enemigo que año tras año les venía desplazando del mercado: los fabricantes de parquet flotante tri-capa.

Lo primero que había que reconocer es que la tecnología utilizada por estos últimos es más compleja y mucho más avanzada y, por añadidura, su producto es mucho más fácil de instalar y sobre todo es más estable.

Sin embargo sus experiencias podían ser extrapolables a las tarimas macizas, sobre todo las referidas a productos y tecnologías en la aplicación de acabados.

La problemática principal se centraba en lograr la máxima estabilidad dimensional de un producto que por su propia naturaleza está sujeto a deformaciones vinculadas a su estructura por una parte, y a las higrométricas por otra.

En primer lugar es prácticamente imposible lograr una producción de madera 100% de corte radial, por ello es normal que los elementos de corte radial y tangencial se mezclen aleatoriamente; igualmente es imposible preparar lotes procedentes de la misma zona del tronco y consecuentemente habrá piezas de mayor y menos densidad en función de su procedencia. Para lograr un comportamiento razonable de estos lotes lo primero que habría que lograr era un secado perfecto que garantizase exactamente el mismo grado de humedad en el núcleo y en las paredes exteriores, provocando en el proceso todas las tensiones posibles antes de proceder a su mecanización. Esta tecnología de secado está al alcance de muy pocos fabricantes y varía sustancialmente en función del tipo de madera y sobre todo de su densidad e incluso de su estructura y materias orgánicas contenidas en la misma. La tecnología adecuada a cada especie es objeto de profunda investigación, variando los sistemas que han incluido en sus desarrollos hasta el secado por vacío.

No menos importante en la limitación de uso de las tarimas tradicionales era la técnica de puesta en obra, ya que la necesidad de fijar mecánicamente estos pavimentos sobre rastreles de madera previamente instalados complicaba terriblemente el proceso de obra.

La industria química resolvió hace años esta problemática mediante el desarrollo de adhesivos que permitían la fijación al soporte de estos pavimentos tanto mediante encolado en continuo como intercalando barreras acústicas muy eficientes al ruido de impacto, aportando por añadidura la elasticidad suficiente para que los movimientos dimensionales de la madera no produjeran la ruptura y el desprendimiento de la tarima.

Hoy las tarimas tradicionales acabadas en fábrica han recuperado parte del terreno perdido pero no conviene incurrir en la ingenuidad de pensar que simplemente incorporando una línea de acabado al proceso de producción se puede disponer de un pavimento de garantía. Los fabricantes líderes del mercado certifican la procedencia de sus maderas, disponen de tecnología diferenciada y aportan garantía de fiabilidad.

Como observación debemos entender que siendo la madera un material higroscópico siempre estará sujeta a variaciones dimensionales vinculadas a las condiciones higrométricas y, por ello,  dadas las diferentes procedencias y estructura de las piezas, éstas se producen microbiseladas para que estos efectos se minimicen visualmente. Obviamente todos los pavimentos de madera pueden ser renovados en el tiempo mediante el lijado superficial, lo que puede acarrear la desaparición del microbisel, por ello cuanto más dura sea la madera mayor será el plazo de renovación y cuanto mas estable sea la especie y fiable el control higrométrico del lugar mejor será el resultado de la renovación posterior.

Tags: parquet, pavimentos de madera, suelos de madera, Tarima maciza


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