Museo Arqueológico Nacional: la madera, protagonista

La rehabilitación del Museo Arqueológico Nacional (MAN) de Madrid ha costado 65 millones de euros, 15 millones más de lo previsto, pero la remodelación llevada a cabo en los últimos seis años ha merecido la pena ya que el museo ha recobrado el atractivo perdido tras cuatro décadas de inmovilismo. No hay que olvidar que el edificio cumple ahora 147 años y que la última reforma data de principios de los años 70. Hacía falta, por tanto, un lavado de cara en la exposición y, ya de paso, se ha hecho también en el propio interior del edificio. Una rehabilitación encargada al arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade (Madrid, 1957) y en la que la madera ha tenido un gran protagonismo.

Con esta nueva reapertura, el Museo Arqueológico Nacional pretende atraer a más público, gracias a su nueva y remozada exposición y a un cambio radical del interior del museo. Nadie dudaba ya que el MAN adolecía de instalaciones obsoletas, museografía antigua, problemas de accesibilidad, adaptabilidad a la normativa, comunicación interna… De ahí la necesidad de este cambio.

Se puede observar en el museo un estilo minimalista y moderno, sin entrar en la propia exposición de objetos arqueológicos, algo que se ha conseguido con esta reforma en la que destacan materiales de primera calidad como el mármol travertino y la madera, principalmente roble y madera de Merbau ranurada. El objetivo de la reforma era ser respetuosos con el edificio histórico (obra de Francisco Jareño y Alarcón en 1865 bajo el reinado de Isabel II) con una reforma que se integrada de forma natural en el edificio pero, a la vez, dar al museo un aire más moderno y atrayente para el espectador.

El proyecto de rehabilitación la ha llevado a cabo el arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade (Frade Arquitectos) junto a la empresa Prointec y Acciona Infraestructuras S.A.

ELEMENTOS DE MADERA EN EL MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL

Se observan elementos de madera como la tarima maciza de roble y de Merbau (del sudeste asiático) de algunas de las salas, maderas muy resistentes e insonorizan muy bien. También hay revestimiento de paredes y techos, también en madera de roble y Merbau, lisos y ranurados, además de puertas estándar y puertas correderas. El suelo es radiante.

Además de la madera, también aparece el mármol travertino, un mármol que envejece muy bien con el tiempo.

El presupuesto de las obras comenzó con 33 millones, mientras que el equipamiento y la museografía iban a costar 18,7 millones. En total 51,7 millones. Aunque el coste final del conjunto ha sido de 65 millones de euros. Barato si lo comparamos con el Museo de la Acrópolis de Atenas, 130 millones de euros o el Neues Museum de Berlín, 295 millones de euros.

El recorrido del museo es de unos tres kilómetros. De 7.000 metros cuadrados se ha pasado a 9.700 para colección permanente. Todo el museo tiene unos 30.000. Pero se ha ganado sobre todo en servicios para el visitante: espacio de acogida e información, salón de actos, tienda, cafetería…

FRADE ARQUITECTOS

No olvidemos que Juan Pablo Rodríguez Frade es especialista en museos. En 2006 ganó el concurso para reformar el Museo Arqueológico Nacional junto a Prointec S.A., en 2010 el de su museografía en colaboración con la UTE Acciona-Empty. También ha ampliado y reformado el Palacio de Carlos V de la Alhambra (Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales en 1995). El estudio Frade Arquitectos ha realizado la museografía de recintos como el Museo Sefardí de Toledo, las Salas de Edad Moderna del Museo Arqueológico Nacional, el Museo Municipal de Arte Contemporáneo de Madrid, el Museo de Segovia, la Colección de Guarnicionería de la Real Maestranza de Ronda, la Fundación Cristino Vera de Tenerife, el Museo de Madinat al-Zahra de Córdoba, el Museo de San Telmo de San Sebastián y el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología de La Coruña. También se encuentra realizando la ampliación del Museo de Bellas Artes de Cádiz.

El arquitecto Frade ha huido de la típica marca de autor de los arquitectos actuales para volcarse en una reforma natural e integradora con el edificio del siglo XIX, Bien de Interés Cultural. Frade ha hecho una arquitectura sencilla, limpia y sin alardes y ha mantenido el espíritu de este museo y por eso ha escogido la madera y el mármol como sus principales elementos.

PATIOS Y ESCALERAS

Otros espacios que llaman la atención del visitante del MAN son los dos patios originales, a los que se les ha añadido cubiertas de acero, vidrio y cristal, y escaleras voladas que sirven tanto para comunicar como de mirador o balcón sobre algunas de las salas. Los dos patios estaban cubiertos orginalmente, pero en los años 40 y 50 se desmontaron esas cubiertas.

Otro material elegido por Frade ha sido el aluminio color tabaco de las vitrinas que, junto a la madera roble y merbau y el travertino dotan al museo de un aire cálido. Además de contar con materiales de gran calidad, perdurables y que envejecen muy bien.

Antes de incluir todos estos materiales, la reforma eliminó los tabiques, pasillos y muros que se habían añadido en remodelaciones anteriores, sobre todo en la última en los años setenta. De este modo se han redescubierto espacios nuevos y abiertos que nos retrotraen al espíritu del museo original. De este modo, los espacios amplios y los dos patios interiores, reabiertos de nuevo al público y con mucha luz gracias a su cubierta de vidrio, son ahora grandes protagonistas.

El próximo 1 de abril abrirá sus puertas al público este nuevo Museo Arqueológico Nacional que nadie se debería perder. Os dejamos con un vídeo y varias imágenes del Museo.