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Los robos domiciliarios siguen siendo un grave problema y se han agravado con la profesionalización de los delincuentes, que son capaces de utilizar varios sistemas y herramientas para entrar en el interior de una vivienda.
Si quieres vivir con una mayor seguridad en tu residencia es necesario actualizarse y aumentar el nivel de protección actual de tu casa. La puerta de entrada es uno de los puntos de acceso habituales por parte de los ladrones y es donde debemos tener más cuidado. Te ofrecemos algunos consejos básicos para proteger tu vivienda eligiendo bien una puerta de seguridad para la entrada.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que la primera defensa de una vivienda es la dificultad que encuentre el delincuente a la hora de analizar el acceso. La mayor parte de los robos se producen en viviendas normales, no tiene nada que ver con el botín sino con la facilidad de acceso.
Por eso la disuasión es el primer elemento de seguridad de una vivienda. La puerta de entrada debe mostrar ese efecto disuasorio, pero también otros posibles elementos exteriores de la vivienda como rejas, persianas, ventanas, muros, cerraduras, cristales… La mejor opción en todos los casos es la resistencia física ya que cuanto mayor sea mayor la dificultad para el ladrón mayor será la probabilidad de que se marche sin intentarlo.
No hay que olvidar que ante una puerta de seguridad de alto nivel el ladrón tendría que utilizar herramientas más pesadas para entrar con el consiguiente ruido, peso, fuerza física, golpes…. Por eso necesitamos una puerta de alta seguridad cuya apariencia robusta e impenetrable sirva como primera medida de defensa.
Luego debemos distinguir entre puertas blindadas y puertas acorazadas:
La puerta blindada tiene una estructura y marco de madera pero está revestida con una capa de hierro para conseguir mayor robustez general. Es la puerta más empleada en comercios aunque en viviendas también se utiliza. No debería etiquetarse como puerta de seguridad ya que su resistencia suele ser baja y sucumbe ante un ataque de fuerza, por ejemplo con palancas.
La puerta acorazada tiene toda la estructura de marco y de hoja de hierro o incluso de acero pero suele estar revestida con paneles de madera por cuestiones de diseño y estética. Es mucho más resistente que la puerta blindada. Sin embargo, muchas puertas acorazadas no poseen el grado de seguridad suficiente en alguno de sus elementos (cerradura, cilindro y su escudo protector, llaves, cerco, hoja, bisagras…), lo que puede darnos algún disgusto.
Sin embargo, lo más recomendable no es guiarse solo por la terminología y sí verificar el nivel de seguridad de la puerta, una certificación que permite saber que ese modelo de puerta ha pasado unos controles y unos ensayos antirrobo.
Por todos esto, la elección de las puertas de seguridad no debería ser complicado ya que hay normativas europeas que certifican estos elementos arquitectónicos en función de su resistencia a la efracción, es decir a la rotura forzada de la puerta ya sea de forma manual o con diferentes herramientas.
Así, las puertas de seguridad deben homologarse de acuerdo con la norma europea UNE – EN 1627/2011 que clasifica las puertas en clases de 1 a 6. El nivel 6 es el más seguro aunque aquí nos centraremos en la clase 3 y 4 que son las más habituales en las puertas de seguridad de viviendas. La clase 5 y 6 son utilizadas en empresas de seguridad, joyerías, centrales receptoras de alarma, armeros u otros establecimientos obligados, así como en viviendas que quieran mantener la más alta seguridad posible.
El nivel de resistencia a la antiefracción de clase 3 permite a las puertas resistir a los intentos de robo con cargas estáticas y dinámicas y otros realizados con herramientas manuales, tipo pata de cabra, destornilladores, alicates, etc. durante un tiempo máximo de duración de 20 minutos.
Un ejemplo de puerta de seguridad de clase 3 lo encontramos en todas las puertas de Oikos, uno de nuestros partners, pero nos encanta la puerta modelo Synua para exteriores.
El nivel de resistencia a la antiefracción de clase 4 permite a las puertas resistir a los intentos de robo de ladrones más experimentados y profesionales, con un fin más definido y con conocimiento del posible botín que se puede obtener. El ladrón cubierto por estas clases normalmente no se preocupa por el ruido ni por el tiempo. Las herramientas usadas frecuentemente incluyen herramientas motorizadas.
En la clase 5 de resistencia antiefracción se presupone un ladrón experimentado que usa además herramientas eléctricas como taladros, sierras de espadín y una amoladora de angular con un disco de 125 mm de diámetro máximo. El ladrón espera un botín razonable, actúa de forma resolutiva en su esfuerzo por entrar y está bien organizado. Le preocupa poco el nivel de ruido y el riesgo que está dispuesto a asumir es alto.
Más información en nuestro artículo anterior: Protección de tu casa: clasificación de las puertas de seguridad, en el que analizamos más en profundidad las diferentes clases de puertas.
También puedes consultar nuestra completa guía para elegir una puerta de seguridad:
Si quieres conocer todas las posibilidades y diseños diferentes que ofrece esta marca italiana para las puertas de tu hogar visita la sección de Oikos en nuestra web. Allí encontrarás más ideas y opciones.
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